viernes, 17 de julio de 2015

Manía, superstición, tradición o costumbre...

En el mundo del deporte nos podemos encontrar muchos tipos de personas. Están los estadísticos que saben quién y cuándo corrió según qué carrera y qué tiempo hizo; están los de última moda que les gusta llevar el último modelo de zapatilla o ropa deportiva; están los máquinas, a estos les da igual que llueva, haga frío o estemos a 42º porque corren que se las pelan; están los saludables, que corren por salud; y seguramente muchos más tipos de corredores, y gente que no pertenezca a ningún grupo, afortunadamente hay sitio de sobra en el pelotón para que cada uno sea un propio grupo independiente y no necesite etiquetarse en ninguno.

Pero sobre todo, lo que nos une a muchos son las manías que tenemos el día antes o el mismo día de la competición. ¿Son manías realmente? ¿Forman parte de un ritual de buena suerte? ¿O simplemente nos proporcionan comodidad y tranquilidad ante los nervios de hacer una buena carrera?

Empecemos por el tema de las zapatillas. Hay personas que creen, o saben, o piensan, que con una zapatilla en concreto van a correr más rápido tras haber tenido alguna experiencia negativa o no satisfactoria con el cambio de otras zapatillas en otra carrera. Y si encima al volver a ponérselas consiguen su objetivo, afianzan esta interpretación ¿Es una cuestión mental y esa zapatilla les da la confianza que les falta? O el tema de correr siempre con la misma ropa interior o los "calcetines de la buena suerte", ¿no será que simplemente son los calcetines más cómodos que tenemos?

En el tema de la alimentación podríamos ahondar profundamente. ¿Antes de una media maratón o maratón pasta, no? ¿Si es una carrera corta mejor llevar el estómago ligero? Puede llegar a suponer un verdadero martirio y llegar a obsesionarnos, e incluso condicionar una carrera por creer que por cenar esto o lo otro que no entraba dentro de los planes nos va a salir mala carrera. Las personas que llevan mucho tiempo en esto de correr pueden afirmar que la cabeza supone, por decir un número, un 60% del rendimiento real. Si vamos predispuestos pensando que si ceno esto o lo otro y me va a ir bien, y luego me sale la carrera bien, perfecto. Consideremos que también hay que mantener lo que a uno le ha ido bien hasta el momento. Pero si yo he cenado lo mismo de siempre y me ha salido mala carrera, ¿debo cambiar mis rutinas? Posiblemente busquemos excusas, y seguramente algunas veces esas excusas serán reales, pero entonces, hemos roto esa superstición. Y aún así seguramente la siguiente vez lo volvamos a repetir igualmente. ¿Hasta qué punto somos capaces de sugestionarnos? ¿Si lo mantengo es una manía o una costumbre?

Y vosotros, ¿tenéis alguna manía, tradición o superstición? Nos gustaría que lo compartierais.

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